Thursday, March 26, 2009

Sunday, March 1, 2009

Parece que fue ayer


“¿Se te han pasado rápido estos 50 años?”, pregunté a mi papá un par de días antes de celebrar el 50 aniversario de bodas de él y mi mamá. “Parece que fue ayer”, respondió. Su respuesta me hizo recordar a una conocida canción con dicho titulo:
“Parece que fue ayer cuando te vi aquella tarde en primavera. Parece que fue ayer cuando las manos te tomé por vez primera. Soy tan feliz de haber vivido junto a tí por tantos años...”

¡Cincuenta años si que son muchos! Toda una vida llena de todo: alegrías y tristezas compartidas, enfermedades y salud, prosperidad y adversidad a lo largo de medio siglo donde nunca faltó, ni faltará, la presencia de Dios. Es por ello que como familia, mis hermanas, hermano y yo, nietos y nietas, familiares y amigos, nos reunimos para celebrar la fidelidad y el amor de papá y mamá, pero sobre todo para darle gracias a Dios por sus bendiciones a lo largo de tantos años de unión matrimonial.

Al ver la alegría y la paz que papá y mamá irradiaban ese día me di cuenta, de una manera nueva, de lo que significa responder a la vocación específica con todo lo que esta conlleva. Si se responde con amor y entrega total, al final del camino no habrá otra cosa sino gozo y paz, teniendo la seguridad de que no se escatimó nada sino que se entregó todo por amor.

Si algún día llego a celebrar mi cincuenta aniversario de consagración religiosa quiero irradiar el mismo gozo y la misma paz que vi en los rostros de papá y mamá. Por supuesto, ¡no sé si viviré tanto tiempo! De cualquier manera hoy puedo cantar, como el poeta de la canción anteriormente citada: “Soy tan feliz, pues sigues siendo de mi vida la fragancia. En nuestro amor nunca ha existido la distancia. Que Dios te guarde por hacerme tan feliz”.

Nadie me hace tan feliz como Jesucristo. Seguirlo a El en un estilo de vida diferente al de papá y mamá es la “fragancia” peculiar de mi diario vivir. Vocaciones distintas, maneras distintas de vivir el proyecto cristiano que al fin de cuentas requieren lo mismo: amor, entrega y fidelidad.

Sunday, October 5, 2008

"Nos bendice el Señor nuestro Dios"

Dicen por ahí que el otoño es una de las estaciones más melancólicas del año, pero para mí es una de las más bellas, especialmente en aquellos lugares donde el cambio estacional es notorio. Todo cambia durante este tiempo: los árboles se visten de colores diferentes; algunos animales emigran mientras otros se preparan para hibernar; los días son más cortos y la temperatura comienza a descender. El viento sopla diferente, se siente y se respira diferente. El ambiente me invita a la reflexión y a la oración, haciendo mías las palabras del salmo: “La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios”.

Además de los cambios en la naturaleza, el otoño ha traído consigo cambios a nuestra comunidad religiosa en Chicago. Cinco jóvenes provenientes de Texas, Arizona, California e Illinois se han congregado en nuestra comunidad. Como las aves abrieron sus alas y se lanzaron a volar hacia nuevos horizontes, llevando consigo la inquietud por la vida religiosa, por el servicio y por el deseo de responder al llamado de Dios. Con su presencia nuestra comunidad ha adquirido un color diferente…se siente y se respira diferente. No hay duda que con la presencia de estas jóvenes “nos bendice el Señor nuestro Dios”.

Saturday, August 23, 2008

Congreso Americano Misionero

Tuve la gran alegría de asistir al Cam 3 - Tercer Congreso Americano Misionero- en Quito, Ecuador del 12 al 17 de agosto. Llegué feliz y contenta el día 11 por la mañana al aeropuerto Mariscal Sucre, justo cuando hacia su arribo al mismo lugar Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones, cuyos restos estarían presentes en tan importante celebración misionera. Ya les iré contando sobre mi experiencia en el Cam 3. Por lo pronto aqui comparto este video. Disfruten las fotos y los cantos.

Thursday, July 31, 2008

San Ignacio de Loyola

Hoy celebramos a este gran santo. La siguiente oración de San Ignacio es una de mis favoritas:


Oración de entrega
Autor: San Ignacio de Loyola

Toma, Señor, y recibe
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Tu me lo diste, a ti, Señor, lo torno.
Todo es tuyo:
dispon de ello según tu Voluntad.
Dame tu Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.

Monday, June 30, 2008

Encuentros Vocacionales
Para jóvenes entre los 18 y 30 años de edad


“Y dejando las redes le siguieron”

Celebración de la Eucaristía, reflexión vocacional y
cena-convivencia:

Sábado 5 de Julio, 2008, 4:30 p.m.

Convento de la Parroquia de San Pancracio
2940 W. 40th PL
Chicago IL 60632

“Remen mar adentro”
Paseo de pesca

Podrás disfrutar de la naturaleza , pescar y convivir con otros jóvenes cómo tú. Celebraremos la Eucaristía y reflexionaremos sobre el llamado que Jesús nos hace a remar mar adentro y ser “pescadores”.

Sábado 26 de Julio, 2008
Lugar y hora aún por definirse.

Te invitan los Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón de Jesús y las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo

Para más información: P. Angel Camorlinga, mccj—(323) 395-4365
Hna. Lorena Sandoval, mgsps—(773) 208-0144

Sunday, June 29, 2008

Fiesta de San Pedro y San Pablo

Si hay algo que me llama la atención de San Pablo es su seguridad en el llamado de Dios: ”Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó”. No titubea, no le da largas al asunto, al contrario, una vez que Jesús se le revela San Pablo actúa, como bien lo dice en su carta a los Gálatas, “inmediatamente”. Su conversión se da de “golpe y porrazo” y una vez que se lanza a la gran tarea de anunciar a Jesús entre los paganos no habrá nada que lo detenga. Mucho podemos aprender de San Pablo, un hombre de una sola pieza, de espíritu incansable, celo inagotable, gran amor al Señor y tenacidad digna de admiración.

Junto con San Pablo hoy celebramos a San Pedro. De Pedro me llama la atención la manera en que se fue desarrollando su relación con Jesús. ¡Vaya paciencia la que le tuvo el Señor! En más de una ocasión Pedro actuó con lo que se podría llamar ingenua torpeza, pero eso sí, siempre con buenas intenciones: cuando reprende a Jesús y trata de disuadirlo de su inminente padecimiento; cuando saca la espada para defenderlo…En otras ocasiones el miedo prevalece en su corazón, como aquella en la que niega a su maestro no una sino tres veces.
Pedro, me parece, se dejaba llevar por el miedo, y aunque efectivamente amaba al Señor, su amor era un tanto vacilante, no lo suficientemente fuerte aún. Jesús conoce a Pedro, y así como sabía que lo negaría tres veces, sabía cuánto lo amaba Pedro. Aun así Jesús le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? A la tercera vez Pedro responde entristecido: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. No era Jesús el que necesitaba convencerse del amor de Pedro, era Pedro el que necesitaba convencerse de su amor por el Señor. Sí, Pedro necesitaba estar convencido de su amor por el Señor, porque sólo una persona que ama de verdad puede llegar hasta las últimas consecuencias de ese amor, llegando inclusive hasta el sacrificio de la propia vida.

Ya sea que nos identifiquemos con la seguridad de Pablo, quien sin vacilación alguna proclamó que para él la “vida es Cristo”, considerando todo lo demás como nada comparado con el conocimiento del Señor, o ya sea que nos identifiquemos con el vacilante y temeroso Pedro, quien necesitó reafirmar su amor y devoción por el Señor, todos, creo yo, podemos aprender a amar más y mejor, llegando, incluso, hasta el sacrificio de la propia vida. Es cuestión de que dejemos resonar en nuestro corazón aquella pregunta: “¿me amas?” “¿amas de verdad?